22 de abril de 2008

Calentando motores para Sant Jordi

Sin duda, uno de los días más bellos del año.

Buscando algo que me pueda servir para escribir 3500 caracteres sobre moldes para magdalenas de silicona... -sí, la vida de un periodista puede llegar a resultar apasionante-, me he topado con el blog de Jorge Gonzalvo, Puzzle, uan verdadera delicia. Mañana, o esta noche, o cualquier otra noche, si tenéis un ratito, regalaros un buen paseo por sus cuentos.

Yo, de momento, copio la primera de las piezas de sus puzzles con la que me he topado. Y de cómo he llegado de la magdalena a este cuento... pues ni idea. Misterios de Google.

Todo todito todo está copiado de Puzzle :D

Te regalo un cuento





Te regalo un cuento. Podía haber sido un paseo por el parque o una canción a medio hacer. Un capuccino en tu plaza favorita o un truco de magia sin ensayar apenitas.

Pero no. Quería que fuera un cuento. No para después de hacer el amor ni para que nos echemos de menos. No para que suene el Adaggieto de la quinta de Mahler, ni nada por el estilo. Te regalo un cuento para que puedas hacerlo tuyo dibujándole una narizota, para que lo compartas con tu vecina de escalera o con tu gato. Para que elijas la banda sonora que te apetece que suene de fondo mientras lo lees.

Yo tengo mis canciones para escribirte. Tú las tuyas para leerme.

Te regalo un cuento para que puedas llevarlo contigo, dobladito en el bolso, o entre las páginas de un libro de Benedetti. Para que cuando te enfades conmigo puedas estrujarlo y hacer con él una pelota de papel, arrojarlo por la ventana y mirar complacida cómo lo atropella un autobús. Para que lo fotocopies mil veces y le entregues un ejemplar a quien más te apetezca. Para que envuelvas con él una manzana o para colgarlo en tu pared. Para que le claves alfileres los días en los que me matarías. O para apuntar encima del título el teléfono de tu banco.

Te regalo un cuento improvisado. De esos que empiezas a escribir sin pensar y que no sabes cuándo acaban. Te regalo esta noche y todas las demás. Te ofrezco mi sonrisa non stop, sin conservantes ni colorantes. Aun a riesgo de poder ser acusado de alevosía y nocturnidad, aunque puedan encontrarse muchos más agravantes.

Te dejo abierta la ventana para que te cueles, para que me espíes esta noche. Para que me veas sin que te vea. Para que me cuides un poco sin que yo lo sepa.

Te regalo una idea. El concepto más hermoso de complicidad, un escenario vacío en el que buscar la manera de encontrarse. Te regalo un cuento que habla de amigos y de sueños, de noches de verano pegajosas, de mí mismo mientras me imagino tu cuarto desde lo alto del cielo antes de lanzarme en picado sobre tu almohada. De kamikazes que se estrellan en tus brazos y que no vuelven a despegar, ni falta que les hace.

Te regalo el kit completo de cariño, el maletín mágico con el que jugabas de niña a maquillar muñecas y cocinar guisos de plastilina mientras yo fabricaba dinamita con el Quimicefa.

Te regalo un cuento indeterminado sin pies ni cabeza, sin trama ni desenlace final, sin argumentos y sin actores de reparto. Sin moraleja. Y si la tiene, que sólo tú la conozcas.
Lo único que necesitas es apagar la luz, cerrar los ojos y la puerta de tu habitación, no necesariamente en ese orden. Dejar que te lea al oído, olvidarte de las facturas y del telediario. Quererme un poco más que hace cinco minutos y hacérmelo saber, de alguna manera.

Te regalo un deseo. Llenarte de unas ganas locas de reír y de que salgas corriendo en busca de una diadema bonita para el pelo. Que necesites llamarme y te encuentres pidiéndome que apague la luz, que cierre mi puerta y entonces, empieces a leer el mismo cuento que estás leyendo ahora. Y ojalá no podamos dejar de llamarnos cada noche, para contarnos el mismo cuento. Toda una vida.

Un cuento para llevarte de viaje y para leerle a tus hijos y a los míos, a tus nietos y a mi abuela. A las calles y a los parques.

Te regalo un cuento sin papel de colores ni un "espero que te guste". Sin aplicar el IVA y sin descuento por pronto pago. Un cuento que habla de ti y de mí, que pueda leerse cualquier día del año, a cualquier hora, sea cual sea tu estado de ánimo o tu sabor favorito de helado.

Te regalo este cuento.

----------------------------------------------------------

Cuento finalista (segundo clasificado) del IV Concurso Antonio Villalba de Cartas de Amor de Escuela de Escritores. (www.escueladeescritores.com)

Relato finalista de la edición IV del concurso de cuento Yoescribo.com (2005). Mención especial. (www.yoescribo.com)

(Publicado en la revista cultural "El Desembarco", Julio-Agosto 2006)

Existen diferentes versiones de este relato en Internet, algunas de ellas reconocen la autoría del mismo, otras no. Esta es la versión original, como debidamente se puede comprobar en el Registro de la Propiedad Intelectual, además pertenece a la colección de cuentos editada por el autor: Lugares Felices.

Ilustración: © Cecilia Varela

4 comentarios:

Eva Rexach dijo...

jope. qué bonito.

Cristinette dijo...

Sí, precioso. Y si te das una vuelta por su web, descubres otras tantas cosas superbonitas

gonzalvo dijo...

Gracias por el comentario.

Un saludo

Jorge

gonzalvo dijo...

Ya está el texto en formato libro ilustrado.

Saludos

www.teregalouncuento.com
www.puzzle.es