27 de diciembre de 2008

Conversaciones con un desconocido


C: ¿Sí?
X: Hola, ¿eres cristinette?
C: Sí
X: Hola, soy C, el bombero
C: ¿Quién?
X: C, el bombero. Me dijo mi hermano que me llamarías esta mañana
C: Oye... que no sé de qué me hablas. ¿C, el bombero?
X: A ver, ¿tú eres cristinette, contadora de historias?
C: La misma
X: Pues me dijo mi hermano que me llamarías esta mañana para hacerme una entrevista, para el cuento que estás escribiendo
C: Ah.. pues.. ahora no caigo. La verdad es que no estoy escribiendo ningún cuento sobre un bombero, aunque... sabiendo que tú eres bombero, pues si alguna vez escribo uno, te llamaré
X: Qué bien
C: Vaya casualidad, ¿no?
X: Pues sí... ¿Tu teléfono es el t g r y u h i y t?
C: Casi. t g r y u h i y C
X: Jo.. por un número
C: Sí, por un número
X: Y sin embargo, eres Cristinette, la contadora de historias y a mí me tenía que llamar una Cristinette contadora de historias
C: Qué destino juguetón
X: Oye, ¿tú crees que ésta es una de esas casualidades de Medem? A lo mejor resulta que estaba que nosotros dos teníamos que conocernos, que esto ha pasado porque hay una razón para que pase.
C: Puede
X: ¿Tú crees en el destino?
C: pues no mucho, aunque intento creer en él en mis cuentos
X: Qué bonita voz que tienes, cristinette
C: Qué bonita voz que tienes, C el bombero
X: ¿Hablamos en otro rato?
C: Claro, hablamos
X: Adiós Cristinette
C: Adiós, C El bombero. Intentaré pensar en un cuento que hable de bomberos, de llamadas, y de casualidades
X: Vale, me gustará leerlo
C: Y a mí escribirlo

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