21 de mayo de 2009

Imbéciles

Extraído de Persépolis, libro 1. Cuando Marje aún es pequeña



"En la vida encontrarás a muchos imbéciles. Si te hieren, peinsa que es su estupidez la que les empuja a hacerte daño. Así evitarás responder a su maldad, porque no hay nada peor en el mundo que el rencor y la venganza... mantén siempre tu dignidad, tu integridad y la fidelidad a ti misma."

Persépolis




Hace ya algún tiempo que sabía de la existencia de esta novela. Mucho antes de que se pusiera de moda, hicieran la película y comenzara este boom de historietas gráficas en todas las librerías, S me la descubrió. A ella le gustaba mucho, de hecho, le gusta mucho la ilustración y sabe un montón. Durante todo este tiempo siempre he sentido curiosidad por este libro, aunque no sé por qué reparo tonto, era reacia a leerlo. El otro día, al ir a comprar unos libros para mis compis de curro, que cumplían añitos, no pude resistirme y en una especie de impulso me compré Persépolis. Y tengo que decir que es una verdadera delicia.



A estas alturas, no creo que quede nadie sin saber qué es Persépolis, pero por si acaso, es una la historia autobiográfica de la iraní Marjane Satrapi, la historia de cómo creció en un regimen fundamentalista islámico que la acabaría llevando a abandonar su país. El cómic empieza a partir del año 1979, cuando Marjane tiene diez años y desde su perspectiva infantil es testigo de un cambio social y político que pone fin a más de cincuenta años de reinado del sha de Persia en Irán y da paso a una república islámica. La niña "Marji" es genial, tiene una imaginación brutal que hace que mantenga conversaciones con Dios -al que encuentra un curioso parecido con Karl Marx- y sueña con llegar a ser algún día la última profeta que siga los pasos de Jesús y Mahoma. Es muy recomendable :) cuando lo acabe, ya os contaré qué me ha parecido.

18 de mayo de 2009

Adiós

Hoy es un día muy triste.
Murió el poeta
,
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,
,
,





Táctica y estrategia

Mi táctica es
mirarte
aprender como sos
quererte como sos.

Mi táctica es
hablarte
y escucharte
construir con palabras
un puente indestructible.

Mi táctica es
quedarme en tu recuerdo
no sé cómo ni sé
con qué pretexto
pero quedarme en vos.

Mi táctica es
ser franco
y saber que sos franca
y que no nos vendamos
simulacros
para que entre los dos

no haya telón
ni abismos.

Mi estrategia es
en cambio
más profunda y más
simple.

Mi estrategia es
que un día cualquiera
no sé cómo ni sé
con qué pretexto
por fin me necesites.

12 de mayo de 2009

Hay veces en que no entiendo nada

Esta mañana, cuando sonó el despertador, hice el ademán, como siempre, de apagar el despertador y de golpe, boom, me di con toda la mano contra la pared. Qué dolor. Pero, ¿cómo? pensé y me quedé algo aturdida y desubicada. Quizás me habría movido tanto durante la noche que no me había dado cuenta de que estaba durmiendo en el sentido contrario al que suelo hacerlo siempre. Como cuando de pequeña, al despertarme en mi pueblo, tenía la cabeza en los pies de la cama y los pies, en el cabezal. Intenté abrir los ojos. El Despertador seguía taladrando y temí que Mrs rexi se despertara. miré hacia arriba, hacia la lámpara y todo me pareció estar como siempre. Así que, lo intenté de nuevo. Segundo asalto. estiré de nuevo la mano, dolorida, algo más cauta y ¡zás! de nuevo me di contra la pared. Pero ¿qué pasa aquí? Entonces, me di media vuelta y me dispuse a enceder la luz, pero en el lado izquierdo de la cama tampoco estaba el interruptor que cada noche apagaba. Comencé a inquietarme y a pensar que, quizás, aún seguía metida de lleno en mi mundo paralelo. Probé a localizar de dónde procedía el sonido del despertador y avancé a gatas por la cama cuando de repente, me di con el techo. entonces ya sí que no entendía nada de nada. Pero, ¿qué había pasado? Si el día anterior lo dejé todo en su sitio, en orden. Cómo podía ser que tan sólo 24 horas después todo estuviera desparramado, desorganizado, caótico.

Me empezó a entrar una sensación de angustia y de ansiedad. A penas podía respirar y sentía las sienes a punto de estallar. Notaba que estaba llorando porque tenía la cara húmeda y caliente. Estiré la punta del pie e intenté reseguir el filo de la cama, a ver si descubría algún hueco por el que poder salir de allí. cuando al fin lo encontré, con el pie, sin querer, le di al interruptor de la luz, que se había caído allí abajo. y al iluminarse la habitación, me di cuenta de que nada era como yo pensaba. ¡Todo estaba cambiado! Pero si ayer mismo estuve ordenando... ¿cómo podía ser? La cabeza me daba vueltas y el corazón lo tenía en plena batucada. Realmente, hay veces en que una no entiende nada de nada. Por más que lo intente